7 oct 2009

Abaratan la chamba

Revelaciones
Margarito Escudero Luis

Empleos mal pagados es la nota de hoy, pues muchas personas se quejan en silencio de lo mal que son tratados en sus respectivos trabajos; sin embargo, no se atreven a protestar porque de inmediato son despedidos.

La falta de fuentes de empleo está golpeando en serio a un importante sector de la población, quienes logran conseguir una plaza, se aferran a ella como una tabla en el océano.

La desesperación ha hecho presa de los desempleados, están dispuestos a hacer cualquier cosa, con tal de poder generar un ingreso, aunque este sea muy bajo.

Algunas personas aseguran que saben hacer varias cosas, pueden ser albañiles, electricistas y carpinteros, sin embargo no hay empresa que quiera contratarlos y terminan lavando autos, limpiando patios a cambio de una paga que está muy lejos de cubrir sus necesidades por un día.
Economía informal, le dicen los expertos, subempleo aseguran otros, lo cierto es que infinidad de personas sufren día con día la tragedia de no poder llevar nada a sus hogares.

Quienes tienen algunos parientes con trabajo seguro, tendrán la oportunidad de un taco, pero ¡ay! de los que no han sido contratados.

Una salida
Algunos han encontrado una puerta. Se auto emplean elaborando tacos caseros, mismos que son bien aceptados por un numeroso contingente, pues ahora se da que las personas salgan a trabajar sin haber desayunado o a la hora del almuerzo, es más fácil “echarse un taco” que ir a hasta sus casas.

Pero no todo es miel sobre hojuelas. Narran los protagonistas de esta historia que un día decidieron vender tacos.

Así que en un viejo triciclo subieron varias ollas, tortillas, salsas y todo lo indispensable para un buen taco y se dirigieron a un lugar donde se construía un edificio.

Pero cuál fue su sorpresa. Al llegar ahí, acomodaron todos sus utensilios a la espera de los clientes, cuando de pronto, se le acercaron un grupo de personas con cara de busca pleitos, llegando a reclamarles y a pedirles de mala manera que se salieran de ahí, pues “ese es su territorio”. Y así, fueron sacados de su esperanza de ingreso.

Pensando que sería un caso aislado, se dirigieron a otra construcción, pero la historia fue la misma.

Pues resulta que son territorios copados por grupos organizados que han tomado varios espacios de la ciudad para sentar su negocio sin permitir la competencia.

El submundo
Ese es el submundo de la informalidad. La autoridad no se da por enterada y no hace nada para evitar este tipo de enfrentamientos entre miembros de una misma comunidad deprimida y desesperada por encontrar una forma digna de subsistir, aunque la tengan que defender a golpes.

Esto demuestra el grado de descomposición de la sociedad, donde muchos hacemos como que no vemos ni oímos a esos que forman parte del discurso oficial, trátese del partido que sea.
Esa gente sólo sirve para dar forma al lastimero discurso de los políticos. Ellos son una parte de “los que menos tienen”, un poco de “el sector más vulnerable de la sociedad” que campaña tras campaña y sexenio tras sexenio escuchamos sin que nunca termine de solucionarse.

Y es que nadie lo va a solucionar. Ellos conocen su problema y en cualquier momento, encontrarán una solución que nos afectará dolorosamente a todos.

Abaratando el trabajo
Aquellos que practican un oficio también están pasando serios problemas, pues su mano de obra se abarata, las empresas le pagan lo que sea y ellos tienen que aceptarlo.

Tomando como pretexto la crisis, han bajado el sueldo de los operarios y ayudantes. Así, un albañil que como operario ganaría mil 500 pesos a la semana, le pagan lo que antes alcanzaba su ayudante, ahora imagínese lo que le pagan al ayudante.

Triste la realidad de los obreros calificados, triste la realidad de millones de ciudadanos mexicanos que se esforzaron por aprender algo que les permitiera vivir con decoro y que ahora no les sirve, pues la crisis abarata una mano de obra que en su momento sacó adelante a este país.

Malagradecidos somos, malagradecido un gobierno encumbrado sobre las espaldas de los trabajadores. A casi cien años de Revolución, las condiciones de trabajo están en las mismas circunstancias del año 1910, unos cuantos acaparan toda la riqueza del país mientras la inmensa mayoría padece los efectos de la crisis.

El gobierno que fue sacado en 1910 del poder, hoy le toca celebrar el centenario de aquella gesta que costó millones de vida sacrificadas en aras de conseguir un país mejor para todos.

Las vueltas que da la historia.

Comentarios: melmex@coatzadiario.com

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