15 feb 2010

La desidia nacional

La situación en el país es cada día más delicada. El empoderamiento de los grupos que operan al margen de la ley, es cada vez más fuerte, a pesar de los esfuerzos del gobierno por combatirlos y erradicarlos.

Lo que sucede en Ciudad Juárez, Chihuahua es una clara muestra de la falta de control gubernamental sobre los grupos delictivos violentos y del hartazgo de la gente ante la nula respuesta de las autoridades por asegurar una convivencia en paz para la ciudadanía.

Y en estos lugares podremos decir que está tan lejos Ciudad Juárez que no nos importaría lo que allá suceda y mucho menos nos afectaría.

Y esa es precisamente, la intención de quienes detentan realmente el poder en este país, mantener a la sociedad dividida, mantenernos ocupados en asuntos locales para evitar que se pueda hacer un análisis de una situación que realmente nos está afectando va todos como Nación.

De entrada, el presidente Calderón debería depurar su equipo de asesores, pues son ellos quienes mal informan al mandatario, por eso Calderón dijo que los jóvenes muertos en Ciudad Juárez, eran pandilleros. Craso error que le valió el desprecio de los juarenses, mientras el gobernador de aquella entidad, saca raja del asunto.

Separación del cargo

Los Chihuahuenses han visto de cerca la ineptitud de su gobernador y el alcalde de Ciudad Juárez para mantener el orden en la entidad y en el municipio, no son garantes de la paz social ni de procurar calidad de vida para sus representados.

Y éstos son los detalles que la propuesta de reforma política del presidente ha descuidado.

Los promotores de la citada reforma, hablan de un premio a quienes desempeñen bien su cargo, pero no hablan de un castigo a quienes, a todas luces, no estén dando resultados positivos a los que votaron por ellos.

Sólo cuando les conviene a los políticos se escudan en el “estado de derecho”, si no, observe esta situación en Chihuahua: Los ciudadanos hartos de la situación, enfrentaron al mismo presidente Felipe Calderón, exigen la renuncia del gobernador y del alcalde de Juárez, pero como eso no está contemplado en la ley, ni en la propuesta de reforma, pues no habrá juez que falle a favor de las exigencias del pueblo.

Los magistrados ya demostraron de qué lado están y cuidan más la chamba que la integridad de la Nación. ¡Qué pena!

Desidia criminal

El resto de los mexicanos no podemos seguir a la espera de ya no tener que perder para exigir y luchar porque se mejoren las condiciones en que se encuentra México.

Estamos siendo testigos desde la comodidad del sofá, como otros mexicanos se quedan sin nada, y vemos como se indignan ante la desfachatez con que las autoridades justifican su ineptitud.

Nos horrorizamos al enterarnos que 16 jóvenes estudiantes son masacrados por elementos del crimen organizado y son llamados “pandilleros”.

Vemos y admiramos la valentía de una madre que se enfrenta al presidente, que encara al país entero y la dejamos sola con su dolor.

Esa señora perdió a sus únicos dos hijos, ya no tiene que perder, por eso se atreve a decirle a Felipe Calderón que no es bienvenido en aquella humillada ciudad y el presidente de “las manos limpias” no desaprovecha la oportunidad de burlarse y anuncia que volverá a Juárez, cuando en una manifestación, la gente le pide que renuncie, junto con el gobernador y el alcalde.

De mientras, el resto de los mexicanos permanecemos en esa desidia criminal y cuando nos toque, nadie vendrá a echarnos la mano, sólo nos tendrán lástima gracias a la televisión.

Compromiso social

Hace falta redefinir nuestros valores e incluir el compromiso social como una prioridad y que el concepto no sólo sea retórica electoral.

Recién denunciaron representantes de partidos políticos que el Instituto Federal Electoral (IFE) se está prestando al juego sucio, al empadronar a ciudadanos tabasqueños que son “acarreados” para que manifiesten un supuesto cambio de domicilio a tierras veracruzanas.

Dos mil pesos les pagan a éstas personas para que vengan a Veracruz a empadronarse al IFE y luego venir a votar.

Es una cochinada, sin duda. Pero los presuntos candidatos a la contienda electoral, en lugar de reorganizar sus estrategias de campaña, prefieren retirarse, pues con esta jugarreta, el triunfo está asegurado para el candidato del partido que está pagando a los tabasqueños.

Entonces: ¿dónde está su compromiso con la ciudadanía a la que están dispuestos a representar?

Aquí tienen la gran oportunidad de convertirse en un auténtico líder social, pero… sólo ven el empleo de alcalde, diputado o gobernador. En realidad, poco o nada les interesa que el pueblo siga siendo burlado.

Comentarios: mexmel@gmail.com

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