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Foto: celag.org |
Margarito Escudero Luis
¿En cuáles cambios piensa la gente cuando escuchan a
políticos? ¿A cuáles cambios se refieren los políticos?
Porque en la mente de todos los ciudadanos se percibe la
necesidad de un cambio, algo que mejore la condición económica de cada quien.
Y ese ha sido el discurso político de los últimos tiempos,
un cambio que en cada elección se ve como una realidad, pero luego volvemos a
lo mismo de siempre, a las mismas quejas, los mismos señalamientos a los mismos
políticos que llegaron a prometer el cambio que nunca llegó.
Lo que pasa es que no hay una percepción generaliza de lo que
se debe cambiar; es decir, cada ciudadano quiere un cambio de acuerdo a su
circunstancia, que no le vaya a afectar en lo que tiene seguro y no está dispuesto
a ceder en nada.
Los empresarios quieren que haya un cambio que les permita
mejorar las condiciones para hacer negocio, pero que no tenga que aportar nada
que signifique gasto.
Los maestros luchan por defender sus intereses como gremio y
han aportado mucho, tiempo, han perdido dinero, muchos han perdido el trabajo, ya que el cambio que les ofrece el gobierno
les afecta en gran medida a todos.
Los petroleros sindicalizados estaban felices en su zona de
confort, jamás se preocuparon por un cambio, ni siquiera cuestionaban de forma
eficaz a la estructura sindical.
Por lo que el cambio les llegó sin que lo creyeran y confiaron
en el poder de sus líderes, un poder que ya no tienen, cooptados en su
corrupción, sólo les quedó el deber de proteger los intereses del gobierno.
UN CAMBIO PARA OTROS
Hace 30 años hubo un cambio importante en las altas esferas
del grupo en el poder. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se partió
en dos, por un lado quedaron los que querían mantener su condición de
Revolucionario y por el otro quedaron los que traían compromisos con empresas
extranjeras, promoviendo la doctrina neo liberal.
Abajo, en el grueso de la población, en medio de un pueblo que
una de sus características es que no lee y poco participa en política, creyó
que ya había llegado el fin de la época priista, creyó que venía el cambio que
tanto esperaban para contar con empleo, salud educación y todos aquellos
satisfactores que permiten una vida cómoda y en paz.
Pero no. A pesar de que la escisión del PRI sí trajo un
cambio político importante, las condiciones sociales aún no estaban completas
para lograr la verdadera transformación de la sociedad mexicana.
Luego de las elecciones presidenciales de 1988, cuando se
dijo que Cuauhtémoc Cárdenas había triunfado, no hubo el deseo de defender el
voto mayoritario de la gente y se permitió un “fraude colosal” como lo llamó el
mismo Cárdenas.
30 años más esperando el cambio, incluyendo 12 años de
panismo que llegó al poder ofreciendo un cambio, pero sólo fue de colores, ya
que trabajó con la misma estructura priista, el mismo sistema, las mismas
formas, la misma burocracia.
Así que no puede haber cambio alguno si se conserva lo
mismo, que fue lo que se le reclamó a Vicente Fox, quien tuvo la oportunidad de
acabar con el dinosaurio y lo dejó vivir; ahora se sabe, dadas las actitudes
públicas de Fox, que nunca tuvo la intención de cambiar nada en el país.
Es como el ejemplo de tu casa vieja, que se cae a pedazos,
que requiere un verdadero cambio, pero solamente le pintas las paredes y el
techo, en realidad no le cambiaste nada y en algún momento se te caerá encima.
Entonces ¿Cuál es el cambio que quieres? ¿Qué todo cambie en
los bueyes del compadre? Porque un cambio a fondo, que rompa con las estructuras
políticas y sociales que hoy nos agobian, requiere de un gran esfuerzo, un
sacrificio de cada individuo de una organización social a fondo, que vea con
claridad qué es lo que verdaderamente necesitamos como sociedad.
De otra forma, las promesas de los políticos seguirán
endulzando ingnorancias, mientras la mayoría vivirá cada vez más jodida.