16 ene 2018

En esta tierra caliente

Margarito Escudero Luis
Los chismes que brotan del proceso electoral, están a la orden del día, la idea es golpear, causar el mayor daño posible y el uso de los rumores y las mentiras son la mejor herramienta a la mano.
Es posible que en medio de esa desinformación se filtren verdades que nadie crea o pasen desapercibidas.
El manejo que el gobernador hace en el caso de la violencia que campea en las calles de la entidad, en lugar de abonar a su causa, le provoca más problemas que beneficios.
Minimizar a seres humanos muertos violentamente, con el argumento de que no eran “gente de bien”, en un esfuerzo por justificar la falta de capacidad oficial para detener ese flagelo, puede resultar contraproducente, ya que pudiera tomarse en mensaje de que, todos los muertos a manos de sicarios, fueron delincuentes.
Lo que en este caso olvida el mandatario, es que hay víctimas que nada tienen que ver con la delincuencia, que estaban en el lugar equivocado al momento del ataque, como el caso de la jovencita que su hermano quiso defenderla de sus violadores y fue asesinado frente a su familiar.
También puede darse el caso de que los familiares de ese joven asesinado, decidan eliminar por mano propia a los asesinos, total “no son gente de bien”.
El hecho de que los ejecutados encontrados en sábado en El Tejar de la capital del estado, hayan sido miembros de una banda delictiva, no les resta obligación a las autoridades para dar con los asesinos y hacerlos pagar por esos crímenes.

Porque resulta muy fácil asegurar que ya investigaron, que descubrieron que eran bandoleros y ya. La ley obliga a la autoridad a encarcelar a los asesinos.

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