Sus finos intereses

Margarito Escudero Luis
La esperanza de millones de mexicanos quedó  manifiesta el pasado uno de julio, por fin la ciudadanía  da una lección de civilidad y de realizar un cambio de régimen  por la vía pacífica.
No conocemos un parámetro  que pueda indicarnos cuál  debe ser la cantidad de violencia y de muertos ocurridos durante todo el proceso de cambio de gobierno, para poder estar totalmente seguros, de qué se trata de una transición pacifica.



Y eso hablando de violencia de ese tipo, porque lo que si se vio, es que quienes esperaban ganar, recibieron una tremenda patada en el trasero que los obliga a sacar su verdadero yo, a mostrarse tal cual son y a demostrar que la democracia y su amor por el pueblo, sólo son una máscara.
Así lo demostró la aspirante a primera dama de Veracruz, la finísima Patricia Lobeira de Yunes, quien publicó  en sus redes sociales su real pensamiento en contra de la mayoría de ciudadanos que no votaron por su marido.
De pronto, la señora de Yunes Márquez y su esposo, descubrieron que este país  y, por consecuencia  el Estado, está  lleno de personas ignorantes, patanes, bandidos y criminales.
Su esposo no canta mal las rancheras, sólo basta recordar aquel “No hablo con gente corriente”, al referirse a su entonces contrincante y hoy gobernador electo.
Desde su torre de marfil, la ex aspirante al cargo de primera dama, Patricia Lobeira, ignora las acusaciones contra su suegro, para ella sólo la gente con mucho dinero es fina, no son bandidos ni criminales.

Los trabajadores, quienes se parten el alarma día a día para subsistir, sólo son gente corriente, ignorante y que ahora tienen el gobierno que se merecen.

Qué bueno que la señora de Yunes dice eso, pues la mayoría aplastante en Veracruz y en México, decidieron que no nos merecemos más Yunes, no mas PRI, no más PAN, entes que ya tuvieron su oportunidad de sacar de la ignorancia y del bandidaje al pueblo y ni siquiera lo intentaron, pues no es conveniente un pueblo educado para sus “finos” intereses.
Esta persona es el claro ejemplo sobre como piensa la gente que acumuló  dinero, creen que por tenerlo, les da derecho a suponer que están  por encima de todo y de todos.