Margarito Escudero
Luis
Una frase retumbó en el ámbito político en casi todo el
siglo XX en referencia al omnímodo poder del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) “El PRI nunca pierde y cuando pierde arrebata”.
Muchos alumnos egresaron de ese instituto, muchas enseñanzas
quedan aún y son aplicadas con creces en los eventos políticos del siglo XXI, y
una de esas enseñanzas es violar la ley sin mirar quien.
No tiene caso decir que la desmedida ambición de Miguel Ángel
Yunes Linares, quien todavía cobra como gobernador de Veracruz, le lleva a
desconocer cualquier reglamento, cualquier ley, cualquier acuerdo, con tal de
lograr sus propósitos.
En la Doceava Sesión Ordinaria del Segundo Período de
Sesiones del 2018, a unos meses de que concluya la LXIV Legislatura Local y el
gobierno de Yunes, se impuso de manera tramposa al Fiscal Especializado en el
Combate a la Corrupción, luego de una acalorada discusión, la propuesta de
Yunes no alcanzó el mínimo necesario de votos para poder ser ungido, entonces
la presidenta de la Mesa Directiva, María Elisa Manterola decreto un receso de
media hora.
En ese lapso los coordinadores de las diferentes bancadas
fueron a deliberar, pero el PAN volvió a “subir” a la sesión el mismo dictamen,
y la clara intención era imponer a Marco Even Torres Zamudio; pero el resultado
fue el mismo. No alcanza la votación.
Pasándose la ley por el arco del triunfo, ya que el Artículo
37 de la Constitución Política del Estado de Veracruz establece que no debe enviarse
un mismo dictamen en la misma sesión, los panistas lo hicieron tres veces; pero
los grupos legislativos que se oponían a la imposición, tomaron la tribuna para
impedirlo.
El pueblo debe tomar otras acciones, cuando sus representantes legales son rebasados por las imposiciones de los caprichos del gobernante en turno. Ya es tiempo de pasar de los gritos a acciones de mayor fuerza, finalmente los diputados son empleados del pueblo y deberían ser depuestos cuando ya no sirven a los intereses del pueblo, sino de un solo amo.
Pero los panistas tenían la jugada armada, se bajaron de la
tribuna y frente al atril integraron una mesa espuria, todos los diputados
panistas rodearon a la directiva impidiendo que de alguna forma les
desbarataran el juego.
El secretario de la mesa directiva, Armando López Contreras,
del PRI, no se prestó al juego y de forma arbitraria fue reemplazado por Eva
Cadena Sandoval
Y, entre los gritos del público de “¡fraude, fraude!”
continuaron con la sesión de una forma por demás ilegal y tramposa, sin quórum,
impusieron al fiscal carnal de Yunes Linares.
Los diputados de Morena, del PRI y de Juntos por Veracruz,
permanecieron como testigos impávidos ante los hechos, no pudieron hacer nada
más que ver y dar paso a una traición más al pueblo veracruzano.
Está visto que en esos momentos los gritos, las consignas no sirven, no
funcionan y sólo provocan las risas burlonas de quienes apuñalan a quienes los
mantienen.
El pueblo debe tomar otras acciones, cuando sus
representantes legales son rebasados por las imposiciones de los caprichos del gobernante
en turno. Ya es tiempo de pasar de los gritos a acciones de mayor fuerza,
finalmente los diputados son empleados del pueblo y deberían ser depuestos
cuando ya no sirven a los intereses del pueblo, sino de un solo amo.