Margarito Escudero Luis
La voces reclamando la revocación del mandato de los
funcionaros electos, comenzó a sonar fuerte cuando los abusos de los políticos cayeron
en el descaro y la desfachatez; cuando la impunidad se convirtió en ley para
los personajes del poder y la corrupción en su modus operandi.
De pronto los ciudadanos se dieron cuenta que el proceso
electoral sólo es de una vía sin regreso y que solamente garantiza seguridad a
quien es elegido y nada deja al ciudadano que vota.
El pueblo nota que es necesario que, así como va a la
casilla a depositar su voto, tenga el derecho de retirarle la confianza al
político por quien votó y el Estado tiene la obligación de garantizarle ese
derecho.
Amado Cruz Malpica, diputado coordinador del Grupo
Legislativo de Morena en el Congreso veracruzano, llevó a la Cámara de
diputados local, la iniciativa para allegar de instrumentos legales, que permitan
a la ciudadanía ejercer de manera directa el control de sus representantes,
retomar el espíritu democrático que le dio vida a este país, darle vigencia a
una de las máximas jacobinas “con el pueblo todo, sin el pueblo nada.”
Esta no es una iniciativa nueva, es un clamor popular detenido por los caprichos de los mismos políticos que se ostentan como demócratas siempre que no sean tocados sus privilegios, pero enfrentarse a ser retirados del cargo por voluntad popular, es algo que no cabe en sus planes.
Y es que para dar legalidad a un proceso de Revocación de Mandato,
debe seguirse un protocolo, en este caso, a través del Congreso, donde los
diputados propongan y avalen la iniciativa. También es necesario que la aprueben
y doten de instrumentos que permitan que el ciudadano pueda ejercer su derecho
de manera clara y directa.
Esta no es una iniciativa nueva, es un clamor popular detenido por
los caprichos de los mismos políticos que se ostentan como demócratas siempre
que no sean tocados sus privilegios, pero enfrentarse a ser retirados del cargo
por voluntad popular, es algo que no cabe en sus planes.
Claro que en la política a la mexicana cualquier cosa puede
suceder, y remotamente se daría el caso de querer retirar del puesto a alguien,
no por su mala actuación al frente del mismo, sino por capricho de otro
político.
Entonces, la iniciativa para retirar del cargo al funcionario,
debe contar con las medidas necesarias para evitar cualquier abuso.
Aunque en este momento, si se aplicara legalmente la medida, muchos
connotados políticos del más alto rango se quedarían sin el hueso y muchos de
ellos, son los que estarían en el lugar para aprobarla, o sea que tendrían que
echarse la soga al cuello, o a sus cuates o parientes corruptos y encumbrados.
Pero es una medida que ya debe aplicarse, que la situación es
desastrosa en el país y que los funcionarios tienen mucha culpa.
De no legalizar la figura de Revocación del Mandato, el hartazgo
alcanzara un tamaño que no podrán controlar los políticos y serán destituidos
por la vía de la revuelta popular.
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