20 jun 2018

Niños enjaulados, cruel advertencia




Margarito Escudero Luis
La historia de la Humanidad nos ha dado muchas lecciones que nos colocarían realmente como la especie superior ante todos los seres que habitamos este planeta.
Sin embargo, cada determinado tiempo aparecen sujetos o grupo de individuos que parecieran demostrar que nuestra especie está dando pasos atrás.
Retrógradas decisiones, acciones crueles, desalmadas, demuestran que aún quedan resabios de una mentalidad animal.
Estados Unidos, el país que ha pugnado por las libertades en el mundo, que su famoso “american way of life” es envidiado y ansiado por muchos, que va a la vanguardia en investigaciones científicas, tecnología y exploraciones espaciales, está dando al mundo un rostro de barbarie al permitir que miles de niños, hijos de migrantes ilegales, sean separados de sus padres, niños en edad que, cualquier juez determinaría que aún deben permanecer al lado de sus mamás.
Pero eso no es lo peor. Resulta indignante ver a esos pequeños enjaulados como viles animales, puntualizando que los animales son ferozmente defendidos por aquellos que se ofenden ante la crueldad en su contra.

Hay miles de niños sufriendo dolor y humillación, tratados peor que animales, como una advertencia  a quienes huyen de la miseria, si se atreven a pasar las fronteras gringas sin permiso, es un ataque mental, tortura vil.

La pobreza es una condición de millones de ciudadanos en todo el mundo, la pobreza es causada por la inequitativa distribución de la riqueza, a su vez provocada por el capitalismo salvaje cuyo principal promotor es el país que hoy gobierna Donald Trump.
Estados Unidos, desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en un escaparate mundial, que mostró a todos las bondades del capitalismo y de la forma de vida de los gringos, que deslumbró a millones, quienes aspiraban a vivir el llamado “sueño americano”; recibió a disidentes de países donde el sistema político es contrario al explotador capitalismo.
Donald Trump, hijo de su migrante madre, aplica su ideología supremacista, revoluciona la política gringa y expone a su país al odio internacional.
Según datos, el 35 por ciento de los ciudadanos estadounidenses, aprueban el actuar de Trump, con esa fuerza minoritaria, racista e intolerante, Donald Trump está poniendo en jaque al mundo entero.
Mientras que diputados y diputadas en México buscan legislar en favor de los migrantes que atraviesan en territorio nacional, cierran las puertas del país a donde pretenden llegar para mejorar sus condiciones de vida.
De forma general, pudiera considerase que Estados Unidos es el principal responsable de la pobreza que existe en el mundo y, a millonarios magantes como Trump, no les importa lo que suceda a niños latinos, siempre que sus millones estén a salvo.
En este momento la indignación no es suficiente, la compasión y las oraciones no resolverán nada, hay miles de niños sufriendo dolor y humillación, tratados peor que animales, enjaulados, separados cruelmente de sus padres, como una advertencia de lo que les puede suceder a quienes huyen de la miseria imperante en sus países de origen, si se atreven a pasar las fronteras gringas sin permiso, es un ataque mental, tortura vil.
Racismo, supremacismo, intolerancia, vuelven a ser la característica de los vecinos del norte, mientras el resto de los países guardan un cómplice silencio, o lanzan sus temerosas críticas.


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